sábado, 27 de diciembre de 2014

La poesía es amor y el amor nos une

Hoy mi página no encuentra mis palabras,
mas mi calma permanece;
sigue aquí,
escucha la ola,
la ola,
su blanco,
su gris
que otras manos,
no mis manos,
hoy plasman;
palabras con el mismo blanco,
el mismo gris
que mañana,
u hoy mismo,
desde otras manos,
olas
leeré
y serán
mías.
Creo en un destino,
en el destino de los pasos que mañana sonreirán 

al pisar la arena que ayer sonriendo pisaron.
Creo en un amor,
en el amor que no vuelve,
ya que jamás se ha ido.
Me gusta mi vestido holgado porque, al igual que mi piel, saluda al aire y con él puede volar.
La música jamás morirá, por esto siempre existirá la esperanza.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Navidad: ¿"NOCHE DE PAZ"?



Hoy, en Porlamar, lanzaron unos fuegos artificiales y fui testigo de cómo dos perros, por el susto, corrieron desesperados, cruzaron la calle sin fijarse y casi los atropellaron.
Y, como si esto fuera poco, cuando los perritos por fin lograron llegar a la acera, un "hombre" levantó su pierna para asustarlos, les gritó y de inmediato se echó a reír, y ellos, nerviosos, sólo le ladraron sin dejar de correr.
Gracias a esta clase de "humanos" y a que las leyes de este país, si existen, solo están en el papel, para mí estas fechas son las peores del año.

martes, 23 de diciembre de 2014

Hoy que he leído tanto como he escrito, mis manos han descansado; rozan mis cansados, muy cansados párpados plasmando en ellos un dónde encontraré otros ojos para llorar.
La poesía es mi té en mi lluvia.

Las mismas preguntas

La calle donde se encuentra el edificio en el que vivo, por estar en un zona residencial, es poco transitada, y creo que muchos conductores que pasan por ella están mal de la cabeza, porque solamente alguien mal de la cabeza puede pasar por ella a toda velocidad, como si se tratara de una gran autopista.
Con muchísima frecuencia, al yo llegar al edificio, me encuentro con gatos atropellados, sin vida, en medio de la calle, y siempre, al cargarlos hasta el terreno más cercano, para allí dejarlos descansar en paz, hundida en lágrimas me pregunto lo mismo:
Si fue un accidente, si el conductor lo atropelló sin querer, ¿qué le hubiera costado bajar para dejarlo a un lado y así evitar que lo pisen los demás carros?
¿Qué está pasando con gran parte de la humanidad? ¿O será que gran parte de la humanidad siempre ha sido inhumana?
No deja de parecerme increíble que exista alguien a quien le dé igual dejar a un ser en medio de la calle, pudiendo pararse sin problema en esta zona residencial, sin tránsito, sin ningún riesgo de que al detenerse cause otro accidente.
No deja de parecerme increíble que cada día más descubro que los animales son más sensibles que gran parte de esta humanidad.
Ahora, hace minutos, al recoger al gatico y dejarlo en el terreno, yo no dejaba de sentir las miradas de un gato grande y su gato bebé, y supuse que era la mamá y el hermanito del que yo tenía en mis manos. Ellos, la mamá y el hijito estuvieron muy atentos y, al alejarme del terreno, la mamá de inmediato cruzó y se acercó a su hijo.
Luego me preguntan por qué amo tanto a los animales, cuando constantemente, gracias a ellos, los animales, veo, con mis propios ojos, actos como estos, llenos de verdadero amor.
Luego me preguntan por qué amo tanto a los animales, cuando constantemente veo, con mis propios ojos, a "padres" que maltratan a sus hijos, golpeándoles y diciéndoles groserías en plena vía pública.
Luego me preguntan (y hasta me dicen que parezco "obsesionada" con ellos) por qué amo tanto a los animales, cuando día a día veo, con mis propios ojos, a "madres" que llevan a sus bebés en brazos, obligándolos a permanecer, bajo el sol, con ellas en las colas para comprar los productos en escasez que luego revenderán.
He visto, con mis propios ojos, que muchísimas de estas "madres" usan a sus hijos, como si fueran objetos, intentando convencer al policía de que sus niños tienen alguna enfermedad, con el fin de que les permitan comprar más rápido.
Si tengo un hijo realmente enfermo, ¿cómo voy a llevarlo a que pase los días en colas, con este sol, para enfermarlo más de lo que ya está?
Estoy convencida de que gran parte de esta "humanidad" no merece tener hijos.
¿Cómo no amar cada vez más a los animales, si ellos me dan los más hermosos ejemplos de entrega, de compasión, de necesidad, de respeto hacia el prójimo; en una sola palabra: de amor?
Y termino siempre con las primeras preguntas:
Si fue un accidente, si el conductor lo atropelló sin querer, ¿qué le hubiera costado bajar para dejarlo a un lado y así evitar que lo pisen los demás carros?
¿Qué está pasando con gran parte de la humanidad? ¿O será que gran parte de la humanidad siempre ha sido inhumana?
Sin duda me quedo con los animales y hoy, con más firmeza que ayer, afirmo que son mi vida y que, por lo mismo, a ellos entrego y entregaré mi vida hasta mi último respiro.
***Está de más aclarar que me vale que a muchos les parezca raro mi sentir y que hasta crean que es obsesión; con su asombro solamente demuestran lo "humanos" que son.

 http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:143619

sábado, 20 de diciembre de 2014

Hoy doy gracias a la noche

http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:143912

http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/7601-vereda-anonima

jueves, 18 de diciembre de 2014

Cuando llega la noche y la noche me hace escuchar los Nocturnos, más que la noche, escucho mi día que, con cada nota, me dice que es mi misma noche vuelta día porque, aun en la oscuridad, pasa con claridad.
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When night arrives and the night makes me listen to the Nocturnals, more than the night, I listen to my day that, with each note, tells me that it is my same night turned into day because, even in the darkness, it passes with clarity.
Hoy doy gracias a la noche que cantó,
callando un poco mi dolor;
a la noche que cantó,
que cantó
callando,
que al cantar calló,
más que un poco,
mucho de mi dolor.

955

"Increíble que un envase pequeño de Nutella cueste igual que el libro que acabo de comprar. Una razón más para seguir comiendo casi nada de veneno". 

Esto que acaban de leer lo escribí en 2012. Ese día entré a una librería y compré un libro que me costó Bs 75. Minutos después, al entrar al supermercado, vi que el envase pequeño de Nutella costaba exactamente lo mismo. Recuerdo perfectamente esto porque en ese momento, estando allí, en el supermercado, lo escribí y publiqué en una red social. Ahora, hoy 13 de diciembre de 2014, desde un bodegón ubicado en Porlamar, escribo que el mismo envase de Nutella cuesta Bs 955. Ha leído usted bien estos tres números: 955 (con un sueldo mínimo no llega a 5 mil bolívares).

Independientemente de que cuide mi salud y decida consumir poco estos productos, esta gran diferencia de precio es realmente increíble. No falta nada para que el equivalente a un dólar llegue a Bs 200, y aún hay quien se atreve a decir que aquí estamos bien.

Ay, pero qué flojera da pensar en la realidad, mejor me iré a aprovechar los "precios justos"; primero haré la cola en la Tommy, y después, aunque esté por mancharme toda porque me quedan dos toallas sanitarias y no puedo estar cambiándolas rápido, y aunque me preocupa no tener con qué lavar mi ropa porque ya se me acabó el jabón, igualito después de comprar en la Tommy, me iré a hacer la cola en la Victoria's secret, para estar bien "fashion" el 24 y el 31.

¡Feliz año, Venezuela!

jueves, 11 de diciembre de 2014

Empecé a escribir cuando mis lágrimas se preguntaron por dónde más podían salir.
Pronto cumpliré los años que, alguna vez, hundida en la más profunda de mis tristezas, creí que no llegaría a cumplir. Pronto cumpliré los años que, alguna vez, entregada a la más intensa de mis alegrías, creí que llegaría a cumplir. Pronto cumpliré los años que no serán más que la bienvenida a mis próximas alegrías y tristezas tan inexplicables como esta vida.
Se ha ido la lluvia. Ha vuelto la sed. Aún faltan horas para la llegada de la frescura que también hará bailar al polvo en mis cortinas, pero algo en esta tarde se parece a mi noche; ¿será por esta misma soledad?; ¿será por este mismo café?; ¿será por esta misma guitarra?; ¿será por este mismo cuaderno -bajo estos mismos dedos- que le recuerda a esta misma tinta que antes que ella se acabará?; ¿o será simplemente que algo en esta tarde se parece a mi noche por lo tarde que me acuesto cada noche?
Como aún es tarde y aún faltan horas para la noche, esperaré, para más tarde preguntarle a la noche, a la que seguramente sentiré como esta tarde, lo que solo ella me sabrá responder.
"Llueva, truene o relampaguee"...

la lluvia,
el trueno
y el relámpago,
siempre mi mismo
te amo
te dirán.
Aquí, ahora, frente al teclado, intento decirlo todo en una página. Mas aquí, ahora, he comprobado que mi página sigue sin siquiera una frase. Mas aquí, ahora, dejo a un lado el teclado, y una frase, que ahora sigue en otra frase, entre el aire llena la página que aquí, ahora, sigue en otra página... páginas todas que aquí, ahora, sin extrañar al teclado, mis propias manos van llenando tras desenredar entre el aire cada trenza en mi cabello hasta aquí, ahora, trenzada en mi ser.
Ayer es hoy, y hoy es ayer.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Me gusta la facilidad con la que el colchón encuentra mi espalda; la facilidad con la que las sábanas encuentran mis piernas; la facilidad con la que las medias encuentran mis pies; la facilidad con la que la almohada encuentra mi cuello, mi cabello y mi certeza de que, con la facilidad con la que mi cuerpo encuentra tu cuerpo, tu cuerpo me encuentra.

martes, 2 de diciembre de 2014

BIENVENIDO, DICIEMBRE

-¿Qué van a vender acá?
-No sé, pero igual me metí en la cola.
-Bueno, también me voy a quedar, a ver qué hay.

Escucho esta conversación de dos hombres parados al frente de la tienda donde trabajo. Con dificultad salgo de ésta, ya que éstos y otros más no se despegan de la puerta. Me asomo a la tienda de al lado y veo salir a varias personas con el mismo artículo: cajas y cajas con el dibujo de una guitarra como de juguete.

Vuelvo al trabajo y en lo que pido permiso para entrar, mi cuerpo choca con el de uno de los hombres en la cola, quien se ha metido a la tienda y se ha parado sobre la alfombra de la entrada, apoyándose en el cristal de la vitrina, muy cómodo, refrescándose con el aire acondicionado.

A los segundos, dos mujeres, que están en la cola, dejan a su compañero a cargo de sus lugares, y se meten a esta tienda; tocan cada blusa, cada vestido, desordenan, hablan por teléfono y pasa el tiempo y siguen en este plan, muy cómodas, refrescándose con el aire acondicionado.

Antes de yo sentarme, un joven, desde la cola, después de detallarme el cuerpo de la manera más descarada, me mira a los ojos y le respondo muy, muy seria la mirada; siento que está a punto de decirme algo, pero gira la cabeza cuando nota la presencia de mi compañero de trabajo.

Poco después, mi compañero le pide a un señor de unos sesenta años, quien también está en la cola, que, por favor, se aleje un poco de la puerta, para dejar pasar a los clientes, y sin importarle el "por favor" ni el tono amable, le responde que no se moverá, lo que repite su compañera, agregando un "es vía pública".

Y justo ahora entra una señora, con una mano sujetando a una niña, y con la otra mano cargando la caja con la guitarra, y pregunta y explica:

-¿Me podrían guardar aquí esta cajita? Es que voy a volver a entrar y no quiero dejar sola a mi hija.

Para mis adentros, después de exclamar un "¡insólito!", pregunto: "¿Qué ejemplo le está dando a esa niña?".

-Lo que están vendiendo es para escuchar música, ¿no?
-Sí, lo conectas directamente al televisor. A ver cuántos compro, tengo veinte sobrinos, veinte, veinte, veinte sobrinos.
-¡Aaah! ¡Muy bien, chama!

Aquí estoy. Mis oídos no tienen cómo escaparse de estos diálogos. Mi vista no tiene cómo escaparse de estas miradas y actitudes como las que acabo de detallar. Escribo esto sólo con la esperanza de haberme dado a entender, para que al menos alguien haya podido leer lo que va más allá de mis palabras.


 http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:143073

 http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/7484-vereda-anonima
Cada vez me siento peor con los árboles, pero es que realmente no me gustan los libros digitales. El tener un libro impreso, llevarlo a todos lados, el olor de sus páginas, dormir con él, es algo que no se puede comparar con la frialdad de una pantalla, aunque espero algún día animarme a lo digital, ya que el planeta lo necesita. En lo que llega ese día, no sé si intercambiar libros podría ayudar en algo, al bajarle un poco a la compra; nunca lo he hecho, soy celosa con mis libros, sin embargo, me animaría por los árboles.
El primer libro que me viene a la mente es "Prima lejana", de Federico Vegas, que estoy leyendo y, al terminarlo, me gustaría leer otra de sus obras, en especial "Falke"; si alguien cree que esta idea ayudaría un poco al planeta, estoy a la orden para intercambiar estas novelas.
Saludos. Gracias por su amable atención.
Hasta entre tanto silencio escucho las teclas que reclaman por tanto que pienso y no escribo.

EL TIEMPO NO OLVIDA

La canción que creí no recordar,
acaba de llegar;
detuvo mi lectura,
juntó mis pestañas,
aceleró mi pulso,
buscó mi libreta y,
con lágrimas,
estas cuatro palabras escribió en mi página.

FALTATODO

Se encienden las luces. Navidad. Se apagan las luces. Navidad. Navidad. Navidad. Mañana es Navidad.

FALTATODO. Así lo llaman hoy en las redes sociales. Y así ya, en nuestro día a día, muchos nombramos al establecimiento que a muchos nos gustaba, adonde se iba y se conseguía de todo y más.

Hoy, el establecimiento ubicado en una esquina, el mismo que embellecía tan transitada calle, con su estacionamiento rodeado de grama, se ha convertido en algo así como un parque donde la mayoría que va a comprar también va a algo así como a acampar, mientras es noche y espera que se haga día para empezar a hacer la cola con el fin de quedarse con pañales, leche, detergente o cualquier otro producto en escasez que vendan, para luego revenderlo.

Desde las seis de la mañana que su servidora pasa por allí, ya se ven personas -sobre todo mujeres con bebés, bebés y más bebés en brazos- sobre las áreas verdes que ayer embellecían tan transitada calle y que ahora están contaminadas debido a los pañales usados (y a toda la demás basura que usted se podrá imaginar) que a esta mayoría que va a comprar y allí se queda -y hace algo así como acampar- le cuesta llevar a la papelera, prefiriendo dejarla botada a su alrededor, afectando nuestra vista; también nuestro olfato.

Mientras, entre otras actividades, sobre la grama bañan a los bebés y les cambian los pañales, hacen la cola para anotarse en una lista que determinará quiénes podrán hacer la próxima cola; esta otra para comprar los productos tan solicitados. Y así están todo el día y gran parte de la noche.

Y si quien no está acampando se anima a tomar una foto para, muy probablemente, publicarla en las redes sociales y así actualizar la realidad de FALTATODO, corre el riesgo de que quien está acampando le lance una piedra apuntando -más que a su cámara- a su cabeza, al mismo tiempo que a gritos le ordena que no tome la foto.

Navidad, Navidad, FALTATODO y mañana es Navidad y me pregunto si usted encenderá o apagará sus luces... Ya me dirá.


 http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/7354-vereda-anonima
Repito: También se puede estar preso sin cadenas.
Intento asegurarme de la inseguridad de mis pasos, para saberme viva.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Todo calla sobre estas sábanas;
todo,
hasta estas hasta ayer rebeldes cortinas que se han cansado de buscar el viento;
todo,
hasta este hasta ayer rebelde teclado que se ha cansado de buscar los dedos;
todo,
hasta esta hasta ayer rebelde canción que se ha cansado de buscar los latidos.
Todo,
todo calla sobre estas hasta ayer rebeldes sábanas que se han cansado de buscar la voz,
es decir,
el poema,
es decir,
el amor.

jueves, 20 de noviembre de 2014

"TENÍA QUE SER MUJER"

Soy alegre, sin embargo, a veces, por segundos, minutos u horas, me invade la tristeza.

Era el final de la tarde. Yo iba manejando tranquilamente. Frené para dejar pasar a una muchacha; cruzó, se alejó, mas allí me quedé, pegada a la acera, sin moverme; aparentemente viéndola; realmente viéndola sin ver.

Muchos conductores me pitaron; pocos -curiosos- bajaron los cristales de sus vehículos para, en silencio, detallarme; y otros -no muchos, no pocos- gritaron: "¡Tenía que ser mujer!".

-¿Cuántos años tendrá? ¿Once? ¡Pero si es una niña! Una niña ya casi convertida en madre. ¿Doce? -yo pensaba, realmente viéndola sin ver.

Las piernas me temblaban. Aceleré. A los segundos, escuché más pitos y gritos:

-¡Se comió la luz! ¡Tenía que ser mujer! ¡Se comió la luz! ¡Tenía que ser mujer!

-Me comí la luz. Soy mujer. Me comí la luz. Soy mujer.
¿Cómo me comí la luz? ¡Y casi choco al de la camioneta! ¡Me comí la luz! Soy mujer. ¡Me comí la luz! Soy mujer. Soy mujer. ¡Soy mujer! -repetí sin voz.

Mi perrita duerme a mi lado. Su ronquido me despierta.

-Fue un sueño -repite mi voz entrecortada.

Las piernas de verdad me tiemblan. Sudo. Me invade una gran tristeza. Se me salen las lágrimas. No hay niña embarazada; no en esta habitación. Tomo aire. No me comí la luz. No me pitaron. No me detallaron. No me gritaron. Me falta el aire. Pero soy mujer. Soy mujer. Soy mujer. Soy mujer. Tomo aire. ¡Soy mujer!


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http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/7218-vereda-anonima
Aprovecho la luz para escribir lo que aprovecho llorar en la oscuridad.
Cuando el mar me baña

es cuando más comprendo mi amar

amar.

lunes, 17 de noviembre de 2014

"¡SE FUE LA LUZ!"

Uno lo intenta, realmente uno lo intenta. En casa, uno intenta olvidarse un poco de la realidad. Uno lo intenta a su manera, por ejemplo, escuchando la música que más se ama, porque uno la escucha y uno se siente piano, flauta, violonchelo, mientras uno lee, cocina, escribe, lava, juega con los gatos, con los perros, y uno hasta se cree tenor y soprano al estar entre las macetas, cantándole a las plantas al refrescarlas y al liberarlas de sus hojas tristes.

Así va y viene uno en su espacio porque uno intenta, uno realmente intenta olvidarse un poco de la realidad;

un poco, sí, un poco porque, cuando uno se va a bañar y nota que ya sólo le queda un jabón y poco champú, se presenta la realidad;

un poco, sí, un poco porque, cuando uno va a cocinar y recuerda que no tiene harina, se presenta la realidad;

un poco, sí, un poco porque, cuando uno va a lavar y ve que ya sólo tiene un puño de jabón en polvo, y que no hay otra opción más que rallar el único jabón azul en barra que queda, se presenta la realidad;

un poco, sí, un poco porque, cuando a uno ya se le está acabando el medicamento que necesita, se presenta la realidad;

un poco, sí, un poco porque, cuando uno intenta no desahogar con lágrimas la misma tristeza de las hojas de aquellas mismas plantas, subiéndole todo el volumen al equipo de sonido, para que la voz interior de uno calle al ir y venir con la orquesta, hasta sentirse uno violín, trompeta, arpa y hasta creerse uno tenor y soprano, y todo parece estar bien, de repente la orquesta es la que calla dándole lugar al "¡Se fue la luz!" de los vecinos... y se presenta la realidad;

un poco, sí, o menos que un poco porque, con la oscuridad -en todos los sentidos-, es la misma realidad la que hace regresar al llanto de uno que ahoga hasta a la más joven flor en la maceta, ahogando a su vez el intento de que, al menos con el arpa y el violonchelo, uno pueda olvidar un poco, o menos que un poco, tanto dolor.


http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/7084-vereda-anonima

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lunes, 10 de noviembre de 2014

"¿POR QUÉ TAN SERIA?"

Soy mujer. Hago uso de mi libertad. Me gusta ejercitarme, por lo que acostumbro caminar. Al caminar, mi corazón me recuerda que estoy viva. Al caminar, mi mente se despeja: siempre, de repente, cuando menos las espero, de no sé dónde me llegan palabras que plasmo sobre la palmera, sobre la arena, sobre el asfalto; también sobre las olas.

            Soy mujer. Hago uso de mi libertad. Si quiero ir a algún lugar, no necesito tener compañía para hacerlo. Así como disfruto estar con las personas que aprecio, también disfruto mi soledad, mi propia compañía.

            Soy mujer. Hago uso de mi libertad.
            El sábado pasado necesitaba imprimir un documento. A una cuadra para yo llegar al local, vi cómo dos uniformados detuvieron a dos muchachos. Tranquila seguí mi andar, sin embargo, "por cualquier cosa", decidí cruzar a la otra acera.

            Soy mujer. Hago uso de mi libertad.
            Antes de que uno de los uniformados revisara los bolsos de los dos muchachos, éste les ordenó que levantaran sus brazos, y el vapor sobre el asfalto -que no sé cómo no derritió mis suelas- me hizo sentir el hervor en las palmas de sus manos pegadas a la pared.
 
            Soy mujer. Hago uso de mi libertad.
           El uniformado que permaneció en su moto, en lugar de estar pendiente de su "trabajo", me vio insistentemente. "Nada más falta que me lance un piropo", pensé. Su compañero seguía sobre los muchachos; antes de dejarlos ir, también revisó los bolsillos de sus shorts.

            Soy mujer. Hago uso de mi libertad.
            El de la moto no dejaba de verme y yo insistí en disimular, para hacerle creer algo así como "aquí no está pasando nada". "Nada más falta que me lance un piropo".

            Soy mujer. Hago uso de mi libertad.
            Justo al yo empezar a cruzar a la otra acera, el mismo uniformado sobre la moto, sin dejar de detallarme asquerosamente (y disculparán ustedes, queridos lectores, pero no encuentro una mejor palabra), me preguntó: "¿Por qué tan seria?".

           Soy mujer. Hago uso de mi libertad. Pero callé.
Me vi como estaba: sola en esa calle sin nadie. Callé. Y callada continué hacia mi destino, disimulando algo así como "aquí no está pasando nada".

          Soy mujer. Hago uso de mi libertad. Callé, pero ahora que puedo exijo mi derecho que, como persona, como mujer tengo de poder usar totalmente mi libertad, empezando por poder caminar libremente por la calle, sin que nadie me acose, mucho menos un uniformado.
           
           Soy mujer. Hago uso de mi libertad. Y todo esto lo pienso mientras camino y mi corazón, aun ante tanto desánimo, me recuerda que estoy viva; mientras camino y todo esto lo plasmo sobre la bandera que intenta adornar el paisaje de este descolorido quiosco, tan descolorido como cada valor perdido en la gran mayoría de los venezolanos; valor perdido que decolora, cada segundo más y más, esta bandera, la bandera de mi país.



sábado, 8 de noviembre de 2014

Anoche, la Orquesta tocó la lágrima que bajó a mi mejilla y aterrizó en mi alma.
MUCHÍSIMAS GRACIAS, PROFESOR

En enero de este año leí “La otra isla”, del profesor margariteño Francisco Suniaga. Desde entonces yo tenía el gran deseo de conocerle y agradecerle por esta maravillosa novela y, en especial, por plasmar en ella la dolorosa realidad que, gracias a los “humanos”, viven los gallos. A continuación, sobre este tema, transcribiré algunos de sus párrafos:
“Fucho vertió partes proporcionales de ron y de agua en el vaso plástico que tenía sobre el taburete, le pidió a Wolfgang que le pasara de nuevo el gallo y tomó un buche grande del ron aguado que retuvo en la boca. Le levantó una de las alas al animal y apuntando hacia esa parte descubierta del cuerpo expulsó el líquido con fuerza -atomizándolo al hacerlo pasar entre sus labios apretados- para mojarla con el rocío que expelía. Repitió el proceso con el otro lado del cuerpo, con la cabeza, los muslos y el pescuezo hasta que el animal estuvo empapado de la mezcla”.
“…una pelea de gallos era una muestra de crueldad organizada y sistematizada por los hombres para explotar los instintos de unos animales inocentes que él debía rechazar sin ambages”.
“…tampoco estaba bien que dedicara parte de sus esfuerzos a unos cuidados que no eran sino la antesala de la crueldad, de las peleas criminales cuya consecuencia más frecuente era la muerte”.
“La maldad estaría en ser cruel, pero los animales no lo eran, esa era una condición reservada a los humanos”.
“…los galleros querrían ver la implantación de las espuelas de pelear a los gallos, para evitar ventajas. Las espuelas varían de forma y tamaño y la medida a usarse en cada pelea es parte de los arreglos previos que deben pactar los propietarios (…) Fucho le explicó que con una navaja les recortaban las espuelas naturales y luego, con lacre y una delgada cinta adhesiva, fijaban en su lugar unas espuelas plásticas o metálicas, afiladísimas”.
“Le habló de la brutalidad implícita en todas las peleas de gallos (...) en todas se derramaba sangre (...) Que ya le tocaría ver el tiro que los galleros llamaban ‘varejón’; la espuela le rompe una vértebra del cuello y el gallo no puede levantar la cabeza. O uno todavía más cruel, el ‘morcillero’. El gallo recibe un golpe de espuela que no le causa una herida externa pero le revienta las venas del cuello y le produce una hemorragia interna. La sangre se embolsa debajo de la piel y se pone negra hasta formar una suerte de morcilla, que crece con cada latido del corazón y termina por matar al gallo, lo ahoga. Era una muerte agónica porque el animal no sabía lo que estaba pasando, continuaba la pelea y con cada movimiento se moría un poco”.
Imposible no llorar al releer y transcribir estas últimas líneas. Gracias al encuentro con el profesor Suniaga, que ayer, miércoles 5 de noviembre, tuvo lugar en Rattan Plaza, pude cumplir mi ferviente deseo de darle las gracias con toda mi alma, expresándole que estoy convencida de que sus palabras han creado y seguirán creando conciencia. Una vez más, muchas, muchísimas gracias, profesor, porque por verdaderos humanos como usted, no muere la esperanza de un mañana sin maltrato animal; de un mañana donde cada animal tenga lo que merece: una vida digna.


http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:141398

http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/6865-vereda-anonima

martes, 4 de noviembre de 2014

Esta gaita es tan feliz,
que me hace llorar.
Ella me entiende.
Caricatura impresa, admiro tu insistencia en reclamar la vacuidad de la risa.
Muchas veces he intentado esconderme en un no sé dónde que me descubre.
Hoy, sobre estas últimas páginas de mi libreta, mis palabras son luz y lágrima, tal como esta tarde soleada y lluviosa.
Caliento mi cuerpo con el mismo rebozo que una y otra noche también calentó tu cuerpo,
tomando el mismo chocolate que una y otra noche también calentó tus labios.
Camino porque al caminar sé que también puedo volar.
Así como el abrazo se ha convertido en el objetivo de mis brazos,
escribir se ha convertido en el objetivo de mis dedos.
No sé si esta mañana también suspiraré al releer ese poema.

No sé si esta tarde querré comer lo que ahora se me antojó.

No sé si esta noche dormiré lo que deseo poder dormir.

No sé si esta madrugada soñaré con las lágrimas que hoy me despertaron.

Lo único que sé es que todo es tan incierto como esta vida.
Háblame, quiero escuchar el silencio que te habla.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Quién podrá decirme qué tiene mi voz: cuando más callo más me hace creer que hablo.
Esta madrugada, ¿quién más que mi almohada podría detener mi llanto?
Me gustaba caminar sobre sus calles empedradas: cada pisada me hacía recordar lo frágil de mi corazón.

sábado, 1 de noviembre de 2014

viernes, 31 de octubre de 2014

Gracias por leerlo.
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Me contagio de cada color.
http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/6750-vereda-anonima
Hoy me propuse acomodar el librero, y parece que mis libros se propusieron acomodar mis ideas.

lunes, 27 de octubre de 2014

No necesito saber el significado exacto de cada canción napolitana, para sentir su tristeza en cada letra. Tampoco necesito saber el significado exacto de cada una de mis lágrimas, para sentir su dolor.

domingo, 26 de octubre de 2014

¿Por qué hablo?
http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/6625-vereda-anonima
Su dolor es mi dolor. http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:140466/Su-dolor-es-mi-dolor