miércoles, 1 de abril de 2015

El aroma de este café árabe,
despierta hasta mis manos.
El aroma de este café árabe,
despierta hasta mis besos.
Por esto,
cuando estoy, voy, escucho y vuelvo,
siempre pido este café árabe,
para recordar que aún escribo;
que aún deseo;
que aún no he muerto.

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