Federico García Lorca nació en Granada, España, en 1898. Además de
haber sido un poeta vanguardista, fue dramaturgo, pintor y concertista.
La guerra civil española lo contó entre sus víctimas (dejó este mundo en
1936) y su obra empezó a ser más conocida a partir de ese momento. Uno
de sus trabajos más representativos es el “Romancero gitano”; antes de
su publicación, quiso adelantar “Canciones” (trabajadas con un lenguaje
personal, palabras sencillas que le
permitieron lo que tanto siempre deseó: llegar al pueblo) como muestra
de la variedad y riqueza de su registro poético, apareciendo por vez
primera en Málaga, en 1927, como suplemento de la revista “Litoral”. He
aquí algunas de sus “Canciones”, un ejemplo del estilo que lo
caracterizó, diferenciándolo de los poetas de su generación:
Al oído de una muchacha
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
En el instituto y en la universidad
La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
Dime
si el aire te lo dice.
Mañanita fría
yo me puse triste,
Y luego me entraron
ganas de reírme.
No te conocí.
Sí me conociste,
sí te conocí.
No me conociste.
Ahora entre los dos
se alarga impasible,
un mes, como un
biombo de días grises.
La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
Despedida
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo.)
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento.)
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:193138
Al oído de una muchacha
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
En el instituto y en la universidad
La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
Dime
si el aire te lo dice.
Mañanita fría
yo me puse triste,
Y luego me entraron
ganas de reírme.
No te conocí.
Sí me conociste,
sí te conocí.
No me conociste.
Ahora entre los dos
se alarga impasible,
un mes, como un
biombo de días grises.
La primera vez
no te conocí.
La segunda, sí.
Despedida
Si muero,
dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo.)
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento.)
¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:193138
No hay comentarios:
Publicar un comentario