Tomo mi novela favorita que,
aunque no relea,
mantengo entre mis manos,
mi bolso
y mi mesa de noche;
aunque no la relea,
me acompaña su portada,
cada página que huelo,
hojeo
con un cuánto te quiero:
esto me hace feliz.
Hoy que vuelvo a abrirla,
lista para releer,
me sorprende una hoja en blanco,
doblada por la mitad,
que no recuerdo cómo ni cuándo dejé aquí.
De inmediato,
no
leo,
escribo
sin pensar,
con la rapidez,
la desesperación
de la sedienta ante cada
vaso
de
agua:
Mi habitación sin ventana es el
Nocturno
que repito a cualquier hora,
recuerdo de la vida
que hay afuera.
18/07/2022.
https://elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:245767
No hay comentarios:
Publicar un comentario