Y todo esto lo pienso mientras camino y mi corazón, aun ante tanto desánimo, me recuerda que estoy viva; mientras camino y todo esto lo plasmo sobre la bandera que intenta adornar el paisaje de este descolorido quiosco, tan descolorido como cada valor perdido en la gran mayoría de los venezolanos; valor perdido que decolora, cada segundo más y más, esta bandera, la bandera de mi país.
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