jueves, 7 de enero de 2016

Si te vas por el mundo...

No puedo vivir sin música. Llegar a casa es uno de los momentos que más disfruto y, estando en ella, las canciones que más amo siempre me acompañan. Curiosamente, escuche lo que escuche, casi, casi siempre termino con los mismos discos de rancheras... y casi, casi siempre con los mismos discos del más grande, del más querido: José Alfredo Jiménez.
      Hay libros que llegan a nosotros aparentemente por casualidad. Pasamos por una calle y, sin haber tenido la intención ni de hojearlos, algo en ellos nos llama y terminan en nuestros libreros. Tiempo después, contemplándolos aún allí, sin leer, los tomamos, los abrimos y, al cerrar la última página, los regresamos a sus lugares, pero ahora también quedan en nuestros corazones.
      Hay un poemario que, por esas cosas extrañas de la vida, llegó a mí para quedarse. Su autora es Ana María Oviedo Palomares, quien -leo en la contraportada- estudió Letras en la Universidad de Los Andes. Esta obra se titula Crueles (treinta y siete canciones y un poema de amor) (El perro y la rana, 2010). Estas canciones son poemas en los que aparecen partes de las rancheras que casi, casi a diario perfuman mi casa. Para todos los amantes de la poesía que vivimos con la música mexicana, les dejo algunas de estas canciones que nos regala esta escritora venezolana:


Y cuando al fin comprendas que el amor bonito lo tenías conmigo
no servirá de nada
y a mí no va a importarme
que te arranques el alma pensando en nuestras noches,
que el despecho te cierre las puertas del mundo
cada vez que te besen otros labios,
que de tanto añorar tu corazón se vuelva piedra roja,
fiera enjaulada,
como yo ruego ahora.
Cuando al fin lo comprendas
habré conjurado tu nombre,
y si no pasa nunca,
peor para ti,
que tuviste la maravilla del fuego entre las manos
y no te quemaste.
---

Respirar,
seguir
viva,
en la misma ciudad
y con la misma gente.
---

Total, si me hubieras querido
estaría ya callada
o aburrida
de tan plena
en cambio,
este desamor
me inspira.
---

Si te cuentan que me vieron muy borracha,
no es por ti.
(por ti me embriago bella,
después del vino escribo versos sobre la libertad
y la noche,
canto, y todo desierto queda lejos)
Orgullosamente
diles que es
sin ti.
---

Amanecí otra vez.
Amaneció otra vez,
en otros brazos.
---

Si te vas por el mundo,
conoces mucha gente y te besan otros labios,
que te vaya bonito,
pero no tanto.

http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:161927

http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/14092-vereda-anonima

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