viernes, 15 de enero de 2016

¿Qué escuchan sus hijos?

Hoy, de nuevo, a mi sobrinito estuve colocándole muchas de las canciones infantiles que yo amaba de niña. Acabo de cumplir treinta y dos años y, no exagero, al escucharlas, aún las canto y bailo como cuando tenía ocho. Cada vez que me sucede esto, es decir, cada vez que regreso a ese mundo, al que deseo jamás olvidar volver, me pregunto lo mismo: ¿cómo es posible que muchos padres permitan que sus niños escuchen gran parte de la “música” que suena en la radio?
      “¡Ay, cuánta loca hay en la vida! ¡Cuántas mujeres sin tomarse su pastilla! Lo que pasó entre tú y yo, allí quedó, supéralo, ¡deja tu drama!”. Justamente ayer escuché a una niña que, en su inocencia, obviamente sin entender su significado, no dejaba de cantar esto. Querida mamá y querido papá: ¿Qué nos dice esta letra? ¿Es más fácil hacerse los sordos ante este tipo de mensajes en los que la mujer aparece como la culpable? ¿Es más fácil hacerse los sordos ante el machismo que nos rodea? ¿Por qué no mejor enseñarles a sus hijos los verdaderos valores humanos que van de la mano de tantas mujeres y tantos hombres?
      Hace un par de días, en una red social, pudimos ver fotos de una campaña, realizada en Colombia, en contra del reguetón. Aplausos para este tipo de proyectos que tanto necesita nuestra humanidad. Cuando a una madre o a un padre le parece “exagerada” mi forma de pensar, debido a que, como me han dicho, “los niños no entienden nada, solamente sienten el ritmo y ya”, les respondo que no minimicen la inteligencia de sus hijos; si les explican lo que escuchan en la calle (para así más fácilmente evitar que lo escuchen en casa), entienden todo. Sin embargo, triste realidad, para muchos seguirá estando bien comprarles los discos y ponérselos hasta en sus fiestas de cumpleaños y así seguir la moda... Pobres niños, no tienen la culpa de tener esta clase de padres. Sin duda alguna, cada vez estoy más convencida de que no todos merecen tener hijos.
      Lo dijo nuestro querido Khalil Gibrán, en su obra “La voz del maestro”:
      “Amigos míos: La Música es el lenguaje del espíritu. Su melodía es como la brisa juguetona que hace temblar de amor las cuerdas. Cuando los aéreos dedos de la Música llaman a la puerta de nuestro sentimiento, despiertan memorias dormidas desde luengos tiempos en las profundidades del Pasado. Las tristes vibraciones de la Música provocan en nosotros melancólicas nostalgias; y sus poéticos sones nos traen recuerdos placenteros. El vibrar de las cuerdas nos hace llorar cuando se nos va un ser querido o sonreír por la paz que Dios nos ha concedido (…) Cuando cantan los pájaros, ¿llaman a las flores de los campos o hablan a los árboles, o repiten el murmullo de los arroyos? Porque el Hombre, con todo su entendimiento, no es capaz de saber lo que canta el pájaro, ni lo que murmura el arroyuelo, ni lo que susurran las olas cuando lamen la playa, lenta y delicadamente. El hombre no es capaz de saber con todo su entendimiento qué es lo que dice la lluvia cuando cae sobre las hojas de los árboles, o cuando sus gotas golpean los vidrios de la ventana. No puede saber lo que la brisa está diciendo a las flores de los campos (…) Sin embargo, ¿no ha llorado el Hombre al escuchar los sonidos? ¿Y no son sus lágrimas un entendimiento elocuente?”.
      A mis treinta y dos años, agradezco a la vida la infancia que tuve. Gracias por leer estas líneas y amar la verdadera Música. Un abrazo sincero.

http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:162262

http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/editorial/dalai-el-laden/item/14246-vereda-anonima

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