jueves, 27 de mayo de 2021

Qué bueno que me enseñaron todo esto desde niña



Buenos días.
Necesito una tela.
No,
no puede ser azul.
Tiene que ser negra.
Necesito cubrir mis poros.
Que nadie note si se me eriza la piel
por el frío o por tu sonrisa.
Necesito cubrir mis mejillas.
Que nadie note si me sale una lágrima
por el sol o por algún golpe.
Necesito cubrir mis labios.
Que nadie note si no puedo evitar casi reír por...
no,
olvídenlo,
por nada.
Está bien esta tela.
Mucho mejor que sea de algodón.
Hace tanto calor.
Con ella aseguro mi entrada al Paraíso.
Así no sabré qué es el Infierno.
Quiero decir,
me refiero al otro Infierno,
del que dicen que es peor que éste.
Es lo que dicen.
Y es lo que creo.
¡Cómo dudarlo!
¡Sería pecado!
Qué bueno que me enseñaron todo esto desde niña.
Hoy puedo enseñárselo a mi hija.
Así es,
hija,
créeme que vale la pena soportar
esta vida
que,
no se te olvide,
no es la verdadera.
Pronto te taparás como yo.
Me llevaré esta tela.
Ya la necesitaba.
La mía está tan gastada.
Ya no parece negra.
Y debe ser muy negra.
No se me puede ver nada.
Yo misma coseré mi prenda.
La haré hoy mismo.
Necesito cubrirme bien.
Que nadie vea más allá de lo negro.
Tan joven,
tan suave mi piel...
Que nadie más que él lo sepa.
Me la llevo.
¡Gracias!
Que nadie note que cruzo la calle.
No hables,
hija.
Que nadie me salude.
Que nadie me vea.
Que olviden mi nombre.
Que olviden que existo.
23/07/2018.

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