martes, 5 de junio de 2018

“La poesía de la escuela”

En honor al Día del Maestro, que en México se celebró el 15 de mayo, transcribiremos “La poesía de la escuela” (páginas 112-113), de la novela “Corazón”, de Edmundo de Amicis:
“POESÍA
VIERNES 26. COMIENZAS A COMPRENDER LA POESÍA DE LA ESCUELA. Enrique; pero ahora no ves la escuela más que por dentro: te parecerá mucho más hermosa y poética dentro de treinta años, cuando vengas a acompañar a tus hijos y entonces la verás por fuera como yo la veo. Esperando la hora de salida, voy y vuelvo por las calles silenciosas que hay en derredor del edificio y acerco mi oído a las ventanas de la planta baja, cerradas con persianas.
En una ventana oigo la voz de una maestra, que dice:
–¡Ah! ¡Que rasgo de ti! ¡No está bien, hijo mío! ¿Qué diría de él tu padre?…
En la ventana inmediata se oye la gruesa voz de un maestro que dicta con lentitud: ‘Compró cincuenta metros de tela… a cuatro pesos cincuenta centavos el metro…, los volvió a vender…’.
Más allá, la maestrita de primero lee en alta voz. ‘Entonces, Pedro Mica, con la mecha encendida…’.
De la clase próxima sale como un gorgeo de cien pájaros, lo cual quiere decir que el maestro ha salido fuera un momento.
Voy más adelante, y a la vuelta de la esquina oigo que llora un alumno, y la voz de la maestra que reprende al par que consuela.
Llegan a mis oídos versos, nombres de grandes hombres, fragmentos de sentencias que aconsejan la virtud, el amor a la patria, el valor. Siguen después instantes de silencio, en los cuales se diría que el edificio está vacío; parece imposible que allí dentro hayan setecientos muchachos; de pronto se oyen estrepitosas risas provocadas por una broma de algún maestro de buen humor… La gente que pasa se detiene a escuchar, y todos vuelven una mirada de simpatía hacia aquel hermoso edificio que encierra tanta juventud y tantas esperanzas.
Se oye luego de improviso un ruido sordo, un golpear de libros y de bolsones, un roce de pisadas, un zumbido que se propaga de clase en clase, como al difundirse de improviso una buena noticia: es la hora de salida. A este murmullo una multitud de hombres, de mujeres, de muchachos y de jovenzuelos se aprieta a uno y otro lado de la salida para esperar a los hijos, a los hermanos, a los nietecillos; entretanto, de las puertas de las clases se deslizan en el salon de espera, como a borbotones, grupos de pequeños que van a recoger sus capotitas y sombreros, haciendo con ellos revoltijos en el suelo, y brincando alrededor, hasta que el maestro los vuelve a hacer entrar uno por uno en clase. Finalmente, salen en largas filas y marcando el paso. Entonces comienza de parte de los padres una lluvia de preguntas:
‘¿Has sabido la lección? ¿Cuánta tarea te han dado? ¿Qué tienes para mañana? ¿Cuándo es el examen mensual?’.
Y hasta las pobres madres que no saben leer abren los cuadernos mirando los problemas y preguntan los puntos que han tenido. ‘¿Solamente ocho? ¿Diez, con sobresaliente? ¿Nueve, de lección?’.
Y se inquietan, y se alegran, y preguntan a los maestros, y hablan de programas y de exámenes. ¡Qué hermoso es todo esto; cuán grande y qué inmensa promesa para el mundo.
Tu padre”.
http://www.elsoldemargarita.com.ve/posts/post/id:208112

http://www.elmundodesdecolima.mx/index.php/2018/05/25/vereda-anonima-7/

https://www.facebook.com/El-Comentario-Semanal-27645925904…/


No hay comentarios:

Publicar un comentario