sábado, 6 de mayo de 2017

Letanía

Hay días en que todo duele: inhalar, la mirada amorosa que no llega, la vacuidad del mundo, tu vacuidad tantas veces vuelta sonrisa, las manos nerviosas de la niña que aún no vende los trapos, el silencio entre canción y canción de tu disco querido, el perro a punto de ser atropellado por un conductor pendiente de su celular, tu viejo álbum, esa melodía, el alimento en tu boca, la foto del toro y la del mono y la del tigre humillado, las lágrimas impresas en los diarios, la lluvia que devora hogares, el párrafo leído en la novela, la sed y el hambre y el monólogo interminable del indigente en medio de la avenida, el abrazo amoroso que tampoco llega, los gatos sobre la basura acumulada en el terreno abandonado, exhalar, el sonido de tu risa -con nada más que tu risa- que ya dudas recordar.

***

Latidos
Aliento a tamarindo y chile. Humedad: frente, cuello, espalda. Con qué fuerza sacudiré las pestañas, enderezaré cada hueso. Dónde venderán las ganas de sonreír y partir.

***

Propuesta
Me sofoca el odioso arete enredado en mis chinos, el sudor entre botón y botón sobre mi seno, el pantalón que aprieta mi vientre, el silencioso ardor de mis piernas asfixiándose, el sonido de la tela áspera del cojín bajo mi nuca:
Propongo despojarme de todo. Propongo “liberar la libertad” (lo entrecomillo porque creo que lo leí).

***

Letanía

Canta lo que vive en mi pecho y no me sale. Cántalo por mí. Que no te importe lo que grite el mundo, que no te importe, que no te importe. Hazlo. Hazlo por esta lágrima que no sale, que no sale, que no sale. Hazlo por los que exigen que no me angustie porque la vida es bella y hay que sonreír. Hazlo por esta lágrima que sigue sin salir. Que sepan que no lo creo, que no lo creo, que no lo creo.

***

En el jardín, a la sombra de la parota

Ve, busca, reencuentra cada nota. Vendrá la angustia resumida en el intermitente “quién sabe”. Pensaré lo que sólo tú sabes que pienso. ¡Pero regresa y rózame con tu letra! No te mueras sin permitirme escuchar lo que sólo tú sabes decir. No te mueras sin permitirme escuchar el coro; lo necesito antes de retomar el infierno.

*Estos textos aparecen en el libro “Fui agua”, de Dalal El Laden.

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